martes, enero 20, 2009

¿Quién quiere un héroe?

Los héroes tienen monumentos, la historia les recuerda, reciben la alabanza de las masas. También brillan al sol, se cantan canciones compuestas para ellos y los niños dibujan sus retratos. Se convierten en ejemplos reptidos hasta que se descascaran… y entonces les dan otra mano de pintura.

Son insoportablemente sosos.

Afortunadamente alguien inventó los antihéroes; es algo tan grande como cuando inventaron el sabor agridulce, en lugar de el dulce a secas.

No es difícil imaginarlo, todo «The Dark Knight» se dedica a eso. Harvey Dent es el caballero de brillante armadura, adorado por Gotham, el sueño y la esperanza de los ciudadanos. Termina convertido en un monstruo… ¿Es ello una moraleja?

Por su parte Batman es el ser oscuro, solitario y despreciado… que ni siquiera puede quedarse con la chica a pesar de sus millones y atractivo –claro que nunca especifican como le fue con la prima ballerina del ballet ruso… ni el resto de las bailarinas para el caso-.

Como sea, los espectadores prefieren a Batman. Lo mismo que a Hellboy, quien tambien es despreciado luego de salvar a una multitud y es necio en todas y cada una de sus facetas.

Un aspecto curioso del antihéroe es que suele ser un monomaniaco, tal cómo Batman es un obseso por la justicia… o al menos por partirles la cara a los criminales.

Una obsesa por el estilo es Fox –Angelina Jolie en Wanted-, capaz de seguir las normas de la hermandad a un extremo suicida, sin titubeos, sin problemas. También es una antihéroe, a pesar de llevar el protagónico femenino no hace caso del héroe, bueno, sólo en un beso y eso por que le cae mal la exnovia.

Pero si lo vemos de una forma más simplista el antihéroe es el incomprendido, y si consideramos que nadie se preocupa mayor cosa por comprenderse a sí mismo –menos a los demás-, ya tenemos la razón del éxito del antihéroe.

martes, enero 06, 2009

La satisfacción como gasolina

El domingo pasado hubo un torneo de gotcha, el "4 Reyes", organizado por Metropolitan Gotcha, los Helldogs y GotchaGDL. Tras mucho insistir y con un integrante de otro equipo se pudo conformar una escuadra de los "BattleNerds" para participar.

Ganamos dos, perdimos dos, pero ha sido uno de los torneos en los que más satisfecho he salido de la actuación de mi equipo y de la mía propia. En ninguno de los 4 juegos terminé "vivo"... pero en al menos dos salí tras haber marcado un rival y en los otros dos dí guerra al frente, en vez de disparar desde atrás como acostumbraba, o quedarme "cuidando" el primer bunker al que llegara.

Había mucho sol para el invierno, salí empapado de sudor del campo de juego, pero contento. De hecho en ánimo que me dió el juego me ha durado unos días más, una vitalidad extra mas allá de la adrenalina del juego. Con todo y moretes.

Pienso en "El club de la pelea", en las peleas clandestinas que animaban a los integrantes del club, ¿Es el dolor un aliciente? ¿Es sólo la satisfacción de participar en algo? ¿O se trata de sentirse a gusto con las propias acciones? Digo, en el torneo ni siquiera pasamos a la segunda ronda, pero eso no afectó al sentimiento de satisfacción.

Lo cierto es que esa satisfacción que perdura, en gran medida, es lo que me gusta de éste deporte y me insta a continuar su práctica.

Satisfacciones, gasolina de tantas cosas, pero que escacea de repente. ¿Si hubieramos entrado al torneo pensando en ganarlo, habriamos salido contentos con éste resultado? Quizá no, probablemente las satisfacciones se dan en la medida de las metas que nos ponemos. No se trata de ser mediocre y ponerse metas ínfimas, si no de conocerse a uno mismo y saber qué es suficiente para ser un reto, y por tanto, obtener una satisfacción y no una frustración.

Bueno, sigo contento con el torneo. :D

PD. Mila Kunis deja los setenta y empuña un arma, espero que mi marcadora se vea así cuando le consiga un Apex.