miércoles, junio 24, 2009

OdI 26: El café

Sospecho que mi café trata de envenenarme. No es algo que se me ocurriera a la ligera, pero tampoco lo he visto afilando un cuchillo.

A simple vista se ve como un café negro cualquiera, soluble -por supuesto- pues lo bebo en el trabajo, con un aroma regular y algo cargado como tantos otros que he bebido en mi vida.

Me siento traicionado, especifico, pues durante mucho tiempo el café ha sido mi aliado... me ayudó durante las largas madrugadas de tareas en la carrera o a mantenerme relativamente despierto en clases o trabajo. Me acompañó en cientos de reuniones con amigos, escuchó tantas cosas que se agradece que no tenga boca.

Hasta lo he emborrachado con frecuencia, dándole un chorrito de tequila, brandy o cognac... a veces para que me ayude a emborracharme, o para evitar que alguien me quite lo borracho.

Y hoy, finalmente... me quiere envenenar.

Apenas me di cuenta hace rato. Las últimas semanas me sentía extraño, con hormigueo en la piel y un cierto entumecimiento aleatorio en distintas partes del cuerpo... lo atribuí al tabaco y le bajé al consumo. La última semana la pase en casa y no bebía café... sintiendome bien cada día. Ayer volví al trabajo y me sentí extraño de nuevo... entonces ví con sospechas a mi café matutino.

La prueba la estoy viviendo ahora. Estaba bien, hasta haber empezado el café... ya no, por tanto, he caído de su gracia por alguna razón que aún no deduzco. Es triste.

Otra opción es que no he lavado el termo en que lo bebo desde hace algunos meses... mañana veremos.