Pegar de Gritos

Hoy es el día del grito, por todos lados se escucha gente poniéndose de acuerdo respecto a qué hacer en la noche, ya sea como invitación o sólo presumiendo. El día es lluvioso, como retando a salir a la calle, pero no hay mejor paraguas que unos tequilas.

En sí, éste ha sido un año de gritos. Se han escuchado de dolor con la crisis, de pesar con la influenza, de placer con el 5-0 sobre Estados Unidos, de asombro con el secuestro del avión y de indignación con el paquete económico; entre muchas otras variedades.

Pero éste último año (considerando el 15-16 de septiembre como el año nuevo de México, su cumpleaños o cierre-apertura de un ciclo) lo que más me ha sorprendido es la abundancia de teorías de la conspiración que he escuchado, particularmente en los últimos meses.

Hace años me encantaban las teorías de la conspiración, sobre todo en las que ocultaban extraterrestres o las manipulaciones del mundo por parte de grupos ocultistas. Unos cuantos sabíamos como iba la onda, el resto eran una bola de ignorantes que aparte tenían el descaro de burlarse de nosotros si les advertíamos... Por algo Mulder, de "The X files" fue un héroe.

Hoy día Mulder se vería devaluado entre tanto conspirador que hay.

Cuando la influenza se decía que no existía, que era una pantalla para aprobar el consumo de drogas en México -en ese entonces apenas se había aprobado un proyecto para ser considerado-, además de que se había pedido un crédito por chorrocientos millones de dólares (nada más un grupo internacional había dicho que le ampliaron a México su capacidad de crédito).

La semana pasada, con el evangelista sicodélico, ya se decía que era una pantalla para aprobar el paquete económico que ése día se discutía en el Congreso. Ese día no se decidía nada, de hecho aún no se decide y es evidente que se rechazará el 2% al consumo -que es la verdadera pantalla para colar otras cosas-.

Receta para armar una teoría de la conspiración: Toma una nota amarillista, medio lee los titulares online de Yahoo, Hotmail, Google o cualquier portal y revuelve.

Lo único evidente es que la gente tan no cree en su gobierno que prefiere creerse cualquier mafufada que reciban por e-mail. A fin de cuentas todos tienen la necesidad de creer en algo, pero no hay una bandera que valga la pena seguir.

Así pues me alegra que hoy la gente salga a pegar de gritos, tengo la esperanza de que significa que siguen creyendo en México.