miércoles, mayo 27, 2009

CdI5: La intensidad

Banca, sofá, yerba, banqueta, silla, asiento... el lugar no importa siempre que halla una buena sombra desde la cual contemplar mi alrededor, si algo interesante ocurre, qué mejor. Me gusta mirar lo que hay y a quienes están alrededor mío, aunque no siempre observo lo que hay delante de mí.

Creo que ése es uno de los mayores gustos que me doy, observar.

Me considero un tipo plácido, sentado entre las cosas que ocurren. De todas ellas tomo unas pocas, por intuición casi siempre, y empiezo a considerarlas. Las saboreo, las analizo, dejo de estar donde éste, concentrado en ellas. Ahí empieza la intensidad.

Puede ser el vuelo de un pájaro, de repente soy un ave volando, de repente le veo impresionista o surrealista, amigo o enemigo; otra vez será una flor o una familia, el gesto de un hombre tratando de impresionar o de una mujer encendiendo un cigarrillo.

A veces tejo historias con todo lo que veo, cuando me siento lúdico. Otras veces juego al detective y voy quitando las capas de la cebolla. Como sea me dejo ir... de ahi vienen palabras e imágenes que a veces plasmo.

Casi siempre, en esa acción exterior, encuentro facetas de mi. En el niño jugando o en el indigente de la esquina, en las palomas picoteando comida y en el coche que acelera desesperado buscando donde morir. No es un ejercicio egoista, tanto como empatía.

Ocasionalmente, si estoy de suerte, encuentro enigmas... casi siempre ocurre con la gente, y si esas personas son cercanas a mí, las atesoro. Es entonces, que me convierto en acción.