Catalogo de ingredientes 3: El solitario
Las uñas de Dumas golpeando el piso conforme camina ponen un ritmo a la madrugada. Me maulla preguntando si ya me voy a dormir, le repondo, "no estoy seguro aún".
La música pinta imágenes en mi cerebro, las veo cuando cierro los ojos, son cuadros tridimensionales y en movimiento, por un rato dejo de estar.
Algunos días me aflora lo antisocial... y prefiero salir de mí aprovechando que nadie mira. Mi cuerpo mientras podrá lavar los trastes pendientes o realizar cualquier quehacer, igual se queda tirado frente a la televisión o camina por la ciudad.
Aparte de lo que viva en esos ratos, siempre vuelvo renovado. Puedo sonreir a cualquier persona con quien me cruce, o ignorar las idioteces alrededor.
La sonrisa puede semejar la del gato de Cheshire, pero no hay secretos detrás... quizá, tan solo paz.
5 Comments:
hoy si no tengo nada que decir...
Y sí, bueno, cuando te dejas ser antisocial es refrescante. Lo difícil es salirse de la dinámica... Creo.
De dinámicas, creo que el chiste es incluir los distintos personajes en la dinámica personal, no crear la dinámica en base a uno de los personajes.
Es mas preocupante que le entiendas al gato que lo de lo antisocial, ¿no?
Ooooh, como si no me hubieras visto ya platicando con Dumas, todo es cosa de sabes escucharles... digo yo
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