sábado, enero 28, 2006

Ratón de Filmoteca - El caso Thomas Crown


El cine se crea basándose en la sociedad y las personas toman ideas de las películas que ven, es un círculo semejante a la pregunta de ¿Que fué primero, el huevo o la gallina? Esto es más evidente cuando vemos «remakes» de películas antiguas, como es «El caso Thomas Crown -The Thomas Crown Affair-», que en 1968 protagonizaron Steve McQueen y Faye Dunaway y en 1999, Pierce Brosnan y Rene Russo.

La trama es la misma, pero la versión del 99 se actualizó a los públicos actuales. Thomas Crown (McQueen-Brosnan) es un exitoso empresario que ha creado un imperio de la nada. Aburrido, decide cometer el robo perfecto, que es investigado por una detective de la aseguradora (Dunaway-Russo), quien sospecha de él, pero no puede probar nada. La investigación se convierte en un duelo de inteligencia, al mismo tiempo que en un romance.

Hay dos diferencias principales, el robo y el momento en que Crown y la detective dejan el flirteo e inician su romance. En la escena del robo se apela a lo que era emocionante en cada época y gana con creces la versión actual, porque es más cercana en tiempo a nosotros, generaciones más exigentes.

En cuanto al romance, la secuencia del enamoramiento entre McQueen y Dunaway es clásica, mientras que la de Brosnan-Russo es vulgar, sin importar épocas.

Crown-McQueen invita a su estudio a la detective Vicky Anderson-Dunaway, quien le propone jugar ajedrez. Durante el juego ella le seduce con gestos y miradas, distrayendole y ganando la partida. El se molesta, pero la besa largamente y se hace corte a la mañana siguiente, implicando que pasaron la noche juntos.

En 1999, la detective Catherine Banning-Russo busca a Crown-Brosnan, quien asiste a un baile de gala con otra mujer. Echa a la pareja y le baila a él una lambada, va desnuda con un vestido de encaje para disimular. Luego se van a casa de Crown y hay una larga secuencia sexual, con corte al desayuno.

En ambos casos ella es la seductora... no, Dunaway es seductora, Russo casi lo viola -o no filmaron cuando le cobra a Crown-. Lo significativo es la imagen posterior del personaje, que en 1968 se ve inteligente y atractivo, mientras que en 1999 ahora se ve solo morboso.

Pero, si cada personaje se diseñó pensando en lo que atraería al público de cada época y lo que era una «mujer moderna», entonces, ¿Tan baratos gustos tenemos hoy día? O es que ya no atrae la seducción, sino lo que en 1968 era pornografía.

Foto: MGM